Las perspectivas de mercado para 2020 parecen más halagüeñas que hace apenas unos meses, ya que los tres principales bancos centrales del mundo están expandiendo sus balances. Con todo, persisten riesgos políticos y económicos considerables. En un mercado incierto y posiblemente volátil, los inversores tendrán que ‘acomodarse a la incomodidad’ para aprovechar oportunidades potencialmente atractivas.
Dado el firme compromiso de las políticas monetarias mundiales de garantizar la liquidez del mercado y respaldar el crecimiento económico, las perspectivas de mercado para 2020 parecen mucho más optimistas que a mediados de 2019.
En otras palabras, no recomendamos a los inversores llevar la contraria a los tres grandes bancos centrales (la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo y el Banco de Japón) cuando están expandiendo sus balances. Con todo, persisten riesgos considerables, tanto políticos como económicos. Si bien las valoraciones de la renta variable no parecen exigentes en comparación con sus medias históricas, los múltiplos forward del mercado estadounidense podrían reflejar unas previsiones de beneficios empresariales para 2020 excesivamente optimistas.
En nuestra opinión, es improbable que los mercados de crédito mundiales generen tasas de rentabilidad de dos dígitos como en 2019, pero aún vemos posible encontrar oportunidades potencialmente atractivas en deuda y high yield de mercados emergentes (ME), siempre que los datos económicos confirmen que la reflación prevista para 2020 está realmente en marcha.
Por el contrario, unos rendimientos bajos o negativos en la deuda pública de muchos países generan riesgos de rendimientos inferiores o incluso pérdidas de capital en ciertos títulos a largo plazo si el refortalecimiento de la economía mundial hace subir los tipos de interés. A nuestro juicio, no obstante, la deuda pública todavía podría ofrecer una cobertura útil frente a shocks políticos o económicos extremos.
La renta variable no estadounidense, en particular la de mercados emergentes, nos parece atractiva en términos de valoraciones relativas, suscitando la posibilidad de que en 2020 se rompa su larga racha de un comportamiento inferior al del mercado estadounidense. Ahora bien, para ello será crucial un crecimiento mundial más fuerte y, en Europa, una mejora de los márgenes de intermediación de los bancos.
A nuestro juicio, en un entorno de mercado incierto, los inversores tendrán que ‘acomodarse a la incomodidad’ para sacar partido de oportunidades potencialmente atractivas. Es probable que los mercados sean cada vez más volátiles, especialmente tras años de baja volatilidad.
Anticipamos una amplia dispersión de rentabilidades tanto dentro como entre sectores e industrias en 2020, lo que significa que un análisis fundamental en profundidad podría revelarse particularmente crucial para identificar oportunidades y riesgos potenciales.