Es probable que las elecciones presidenciales de Estados Unidos sean el evento político más importante de 2020; no obstante, hay otros varios riesgos geopolíticos, entre ellos la guerra comercial y las protestas de Hong Kong, que podrían incidir en los mercados mundiales. A continuación presentamos nuestras reflexiones sobre lo podrían suponer para los inversores estos grandes eventos de riesgo:
La guerra comercial no parece que vaya a resolverse
La disputa comercial entre Estados y China fue una de las principales causas de la volatilidad del mercado en 2019, como se aprecia en el dispar comportamiento de las empresas más directamente expuestas al mercado chino. Tras el fuerte varapalo que sufrieron en agosto al anunciar Estados Unidos que incrementaría en otros 300.000 millones de USD los aranceles a importaciones de China, los valores relacionados con China se recuperaron posteriormente en línea con el conjunto del mercado ante las esperanzas de un acuerdo comercial provisional.
Si bien hay indicios de que Estados Unidos y China podrían alcanzar un acuerdo a corto plazo que impulse las ventas de productos agrícolas estadounidenses y reduzca algunos aranceles, es improbable que el conflicto subyacente se resuelva en 2020. En algunos temas centrales, como las ayudas públicas al sector tecnológico, pensamos que quizás no sea posible en absoluto llegar a un compromiso.
Por ejemplo, no vemos a China echándose atrás en sus objetivos estratégicos a largo plazo en áreas como la inteligencia artificial, la robótica, los vehículos eléctricos y la producción nacional de semiconductores. En nuestra opinión, China nunca aceptará un acuerdo que ponga fin al fomento estatal de estas industrias clave.
No está claro cómo acabará el problema de Hong Kong
Las protestas masivas en esta región administrativa especial de China comenzaron como reacción a un proyecto de ley de extradición que habría permitido juzgar en China continental a residentes de Hong Kong, pero han evolucionado hasta convertirse en un movimiento que exige reformas políticas democráticas.
Si bien los disturbios han tenido claramente un efecto negativo en la economía de Hong Kong, en el conjunto de China sería difícil distinguir su impacto de la ralentización del crecimiento provocada por los problemas estructurales y de carácter comercial. También sigue sin estar claro qué medidas, en su caso, podría tomar Pekín para restablecer el orden. Tal y como están actualmente las cosas, no acertamos a ver una salida razonable al problema de Hong Kong.
Las elecciones estadounidenses podrían revelarse extremadamente disruptivas
A nuestro juicio, los mercados de valores podrían estar subestimando el impacto potencial de la carrera presidencial de 2020 en los tipos impositivos, el ordenamiento jurídico y las empresas de los sectores de salud, energía y servicios financieros. Nos está sorprendiendo la falta de preocupación mostrada por el mercado hasta el momento, por considerar que las elecciones podrían revelarse altamente disruptivas para muchos sectores.
Parte del contexto político de las elecciones de 2020 es el debate sobre el aumento de la desigualdad de rentas que ha acompañado a las reformas de libre mercado de las últimas cuatro décadas. Si bien es cierto que estos cambios estructurales han impulsado el crecimiento y reducido la inflación, los beneficios no siempre se han traducido en un aumento de los salarios y de los niveles de vida. Aun cuando la falta de seguridad económica ha ayudado a impulsar el populismo, el atractivo político de los candidatos que propugnan leyes más estrictas y una redistribución de la renta y la riqueza plantea el riesgo más inmediato para los mercados, en nuestra opinión.
Vemos posible que un candidato de ese tipo se alce con la nominación demócrata. A pesar de que a un presidente demócrata probablemente le resultaría difícil sacar adelante un programa legislativo de corte izquierdista en el Senado estadounidense, no vemos que el mercado esté descontando la posibilidad de que dicha administración introduzca tales cambios normativos, que establezcan, por ejemplo, límites más estrictos al fracking de petróleo y gas. Ello nos da motivos para ser un poco más prudentes.